Cuál es el mejor método de estudio?
¿Cuántos y cuáles métodos de estudio has usado durante el colegio y la universidad? Nosotros los hemos probado todos, a veces incluso superando los límites de la ficción, pero más allá del catálogo de propuestas, atajos y trucos, el objetivo es invariable: estudiar (y en lo posible dedicando poco tiempo y aprendiendo rápidamente). Más allá de las técnicas posibles, cada uno de nosotros desarrolló un método de estudio personal, de acuerdo con sus hábitos y ritmo de aprendizaje.
Muchos de nosotros hemos empezado, por ejemplo, a utilizar la música como acompañante. Las razones son diferentes y, en algunos casos, contrastan entre sí.
Música y desarrollo cognitivo
Empecemos en orden y recordando cuán indispensable es la música nuestra vida diaria. “Sin música, la vida sería un error”, decía Nietzsche y, sin incomodar a Adorno y sus críticas a la reproducibilidad de la música de la cultura industrial, todos los días la música nos acompaña constantemente, marcando momentos, definiendo el ritmo de nuestras actividades, despertando recuerdos, aliviando el estrés y amplificando nuestras emociones; desde el despertador hasta el timbre del celular, desde el radio al podcast, pasando por las redes sociales.
La música también tiene una importancia central en el proceso de estructuración psíquica y física, en particular en el desarrollo de los procesos de simbolización e individualización. De hecho, la neurociencia ha subrayado dla función esencial del ritmo y la musicalidad en los primeros intercambios entre el infante y el adulto de referencia.
A partir de una investigación realizada en 2019, el proceso de aprendiza de la música se intersecan habilidades lingüísticas, comunicativas y sociales. En la adolescencia, la educación musical tiene efectos no solo en el desarrollo del cerebro, sino también en la adquisición de diversas habilidades cognitivas. (Puedes encontrar más información aquí)
Entendiendo la importancia de la música en todos los aspectos de la vida, centrémonos en su impacto en el estudio, especificando de inmediato que la música “no te hace inteligente”, pero puede representar una herramienta adicional en el aprendizaje.
Pero, ¿Es realmente productivo escuchar música para estudiar? ¿Y de qué genero musical?
Las respuestas a esta pregunta no son unívocas ya que nos adentramos en la dimensión de las hipótesis, a pesar de que en los últimos años el interés de la comunidad científica en este campo ha aumentado significativamente hasta producir una vasta literatura sobre el tema. En particular, se observó cómo la música representa un impulso positivo y una mejora en los procesos cognitivos, como el aprendizaje y la memorización de conceptos; en este sentido, las disciplinas que más se benefician de un bagaje musical son las relacionadas con el lenguaje, como son las lenguas extranjeras, la literatura y las carreras “manuales”, como el dibujo artístico y técnico, etc.
Otros estudios han señalado que la música mejora la atención y la memoria, así como la capacidad de cálculo. Sobre este último punto, las opiniones son bastante conflictivas y relacionadas con el alto nivel de atención que requiere la escucha, resultando en la mayor parte de casos contraproducente. De hecho, se observó cómo el sujeto tendería a centrarse en la melodía y no en la actividad. Es decir, según el tipo de actividad (lectura, repetición, esquematización, ejercicios) y el sujeto, la música puede actuar como estímulo o barrera.
Personalidad, contexto y otras variables
Centrémonos ahora en los factores subjetivos. La principal variable a considerar es la personalidad de cada uno de nosotros pues involucra hábitos, gustos, preferencias, rutinas cotidianas, etc. Al orientar la investigación en esta dirección, se observó, por ejemplo, que los sujetos más introvertidos son los menos inclinados a utilizar la música durante el estudio, mientras que los más extrovertidos aumentan su nivel de concentración gracias a la música.
Luego debemos considerar el contexto (como un aula ruidosa o abarrotada), el estado de ánimo personal, el período de la vida en ese momento en particular. El uso de la música a veces también puede simbolizar el deseo de aislamiento con el exterior. En este sentido, la música no está orientada a incrementar la concentración en sí misma, sino en relación con el sujeto y el entorno que la rodea; de hecho, en algunos casos, se ha observado que escuchar puede actuar como una pausa en el silencio. Pensamos en un adolescente solo en casa durante buena parte del día y en el silencio doméstico que, según los casos, puede ampliar la sensación de soledad. La música aquí actúa como un elemento de ruptura en lugar de un factor decisivo para el estudio ¿Por qué? Bueno, pues se ha demostrado ampliamente que tener buen humor mejora significativamente las cualidades cognitivas.
Por tanto, los casos y las variables son múltiples, al igual que los resultados obtenidos. Pero todavía hay un factor al que prestar atención: el género musical.
¿Qué música escuchar?
La elección de cuál playlist escuchar durante el estudio es claramente personal. Sin embargo, debes saber que no toda la música ayuda pues dependiendo del género, la atención y la concentración pueden verse afectadas. Por ejemplo, no recomendamos escuchar tus canciones favoritas, ya que desvían el foco de nuestra atención del estudio a la canción. Asimismo, es bueno evitar las canciones cantadas o demasiado animadas, los expertos aconsejan la música clásica o melodías instrumentales. En este sentido, se puede considerar la controvertida teoría del efecto Mozart. Desarrollada en 1993 por los físicos Gordon Shaw y Frances Rauscher, esta teoría relata una mejora temporal del coeficiente intelectual tras escuchar piezas específicas del compositor austríaco.
Más allá de esta teoría (que sigue siendo tema de debate en la actualidad), es importante señalar que solo algunos géneros o sonidos son de gran ayuda. Más allá de la música clásica e instrumental, se pueden escuchar canciones con ritmos que no sean excesivamente rápidos o que no despiertan emociones; son aún más estimulantes para el aprendizaje los sonidos naturales o el conocido ruido blanco, como los el característico murmuro del agua o el viento, etc.
¿Y tú?
Sabiendo ya que no existe una opinión unánime sobre el uso de la música para la productividad en el estudio, pero a su vez, que contribuye a nuestro estado de ánimo y nuestra psique en general, ¿estudias con o sin música? ¿Y qué género escuchas para estudiar? ¡Buen estudio y buena escucha!